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miércoles, 5 de diciembre de 2012

Psicoanalista dominicano afirma femenicidas no tienen cura; aboga por más educación

Psicoanalista dominicano afirma femenicidas no tienen cura; aboga por más educación

Psicoanalista dominicano afirma femenicidas no tienen cura; aboga por más educación
NUEVA YORK._ El doctor Jorge Piña, reconocido psicoanalista afirma que los femenicidas no tienen cura y aboga por más educación en el hogar.
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   10:50 AM -
NUEVA YORK._ El doctor Jorge Piña, un destacado psicoanalista dominicano radicado aquí, afirma que los femenicidas no tienen cura, porque en ellos prevalece "la envidia de la vagina" y no son locos, enfermos mentales, niños abusados y acomplejados, han sido antes un abusadores, pero no padecen los absurdos y extraños complejos de los leves y graves disturbios psiquiátricos y sicológicos. En una ponencia titulada "Perfil de los femenicidas o la envidia de la vagina", el especialista refiere que tampoco son fanáticos religiosos, patriarcas extremistas de voto confeso del bien confeso del bien y el mal, ni amo de la destrucción, el terror y el dolor. Abogó por más educación en el hogar para prevenir que en el futuro muchos niños y niñas se conviertan en violentos domésticos y en el caso de los varones, se transformen en femenicidas criminales.
Sostiene que el feminicida no es un machista bastardo o alcohólico maltratador y psicológicamente no se aceptan excusas para esos abusadores con las que buscan justificar la conducta de abuso criminal en cuanto a la violencia doméstica.
"No hay diagnóstico clínico para el abusador ni el feminicida, porque es un maniático violador asustado, sino un psicópata sin ley, principios morales ni cura. Es un matador de mujeres, asesino vil y canalla, aniquilador de su propia madre y un misógino sabio, confeso y un hijo de Vargas Vila, explícito con odio contra la mujer, las monjas y los curas", explica el doctor Piña.
"El feminicida es un hijo fiel de la bachata del mal y del merengue contagioso y asesino con letras contra la mujer. No es un demonio atraído por las fuerzas nocturnas de la maldad del odio y el rencor. Es un asesino de su propio origen que es la madre, la mujer y de todo lo creado y un ser que se ostracea, se destierra y excomulga así mismo desde su propia naturaleza su cultura y sus tradiciones", expresa.
"Su perfil es la muerte, porque no hay nadie
más parecido a la destrucción, la aniquilación y el destierro que un feminicida, por eso, no tiene cura, porque no la hay para viles sujetos encarcelados, perversos, abyectos, psicópata, la absoluta ignominia social para el que mata a su propia vida: la mujer madre como lo es el feminicida", precisó el doctor Piña.
Concluyó diciendo que para desde la perspectiva psicoanalítica, el feminicida no tiene ninguna cura.
"No es un adicto, sadomasoquista que goza destruyendo su propia parte femenina como queriendo acabar con la fecundidad maternal con su odio y su mal", añade el doctor Piña.
Dijo que en cuanto al abusador, el uno, en cualquier momento se va a convertir en el otro. "El abusador es un feminicida en potencia, latente y oculto".
Señaló que el concepto feminicidio se conoció por primera vez en 1801 en Inglaterra y el vocablo viene del término en inglés "feminicide" que también fue acuñado en México y Guatemala y se define como el asesinato por hombres de mujeres y niñas con excepcional brutalidad.
"Es la muerte absoluta con la diferencia del estereotipo, el asesinato al género femenino, sustancialmente debido a la violación sexual  o la violencia doméstica en particular que se sistematiza de acuerdo a la cultura, el orden patriarcal, la religión y por el contexto y las necesidades sociales auto impuestas por el hombre", expone el psicoanalista.
Manifiesta que las causas y excusas de los femenicidas son múltiples, entre estas la mujer como propiedad privada del hombre y su contrato, la sobrevaloración de la superioridad del macho, la sobrepoblación femenina, la transgresión al matrimonio, la misoginia consistente, el abuso de poder, trata de blancas, o tráfico de mujeres y niñas por el crimen organizado.
Además la impunidad de la ley y la cultura del perdón frente a los conflictos extremos y arbitrarios del matrimonio, bajo el dicho de que "en los líos de marido y mujer, nadie se meta".
Califica al feminicidio como un crimen de lesa humanidad y "el último pecado de los pecados". El doctor Piña sostiene que la crisis de la virilidad del hombre, cuya potencia ha venido en decadencia es otro de los factores y ha hecho que esa condición le reste poder de seducción.
Destaca que la mujer se ha ido a la delantera y domina en gran escala las ciencias de la comunicación y otras posiciones cimeras en la sociedad actual, por lo que las féminas tienen que imponer el matrimonio simétrico o igualitario.
"La mujer de hoy en día, debe cuidarse de su inigualable condición de ser reina de la casa, la vida y la sociedad, ocuparse de sí misma, buscar las mejores fuentes de la protección humana, porque ella es la fuente suprema del vivir, tiene que saber elegir su hombre y darse las mejores gratificaciones del placer compartido para no estar sola", precisa el psicoanalista.
También protegerse de los ademanes del odio.
Dijo que en su ejercicio profesional encuentra a muchas mujeres jóvenes entre 35, 45 y 55 años, depresivas y solas que necesitan más educación y conciencia, porque la crisis del hombre hace tambalear las mismas estructuras machistas.
El doctor Piña habló del tema en un acto de mujeres peledeístas, organizado por la Subsecretaría de la Mujer de ese partido dentro de su programa para combatir el flagelo de la violencia doméstica.
Autor: Miguel Cruz Tejada

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