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lunes, 17 de junio de 2013

El misterio del alma humana en ONTOLOGÍA DE LA PALABRA

El misterio del alma humana en ONTOLOGÍA DE LA PALABRA
Por Jannet Tineo
Jannet Tineo
Escritora Jannet Tineo
La transformación, el cambio, encontrar esa verdad que nos habita es una de las funciones más evidentes del lenguaje, de la palabra. El lenguaje y el pensamiento no son entes pasivos en el desarrollo del fenómeno humano, muy al contrario, son los ingredientes activos que nos trasmutan, nos recuerdan y nos construyen: son la semilla del cambio, y en ONTOLOGÍA DE LA PALABRAde Karina Rieke están inscritos con fuego en cada poema, tatuados los signos y símbolos desde ese ser que navega del corazón a la lengua, exhibiendo en su intimidad más oculta, más suya, la garra a contra luz de los recuerdos y la nostalgia:
El disminuido espacio que come el cuerpo
la palabra que hace alzar la cara
para ver el transcurso de lo inevitable
hasta que encuentren unos labios aferrarse
y no sean los míos.
Marcas tangibles en la piel del poema como podemos ver en este verso del poema “Ahí están”:
Ahí están
los que mueren noche tras noche
amándose hasta garabatear
en sus cuerpos su misma defunción
y aquí estamos los otros
los que reventamos de envidia por un beso
aunque sea ajeno
Ontología de la palabra es una apertura, una mordida a la palabra, al sentimiento que se enreda en ellas, es saborear desde adentro cada espasmo que la poeta esboza desde una cámara íntima, donde el lector penetra sin darse cuenta.
Como dientes
de guayaba y sangre
esta tristeza es mi muerte
corroe mi cruz
y muerde mi lengua
como un desgarrador
espeso viento de vidrio
La sensualidad late como un dolor indescifrable, una herida inflingida en el vientre. La poeta nos cuenta de ese amor vivido desde las paredes de la carne que lo experimenta, en poemas como “En la terraza del mundo” y “Nuestro dolor” el lugar donde una mujer hecha de silencios y palabras se entiende, se descubre y se trasciende a sí misma.
Vuelvo a trepar las palabras
en el mutismo de la oscuridad
Y sigue diciendo en el poema “Oleo sin nombre”:
Hurgo al mundo
para no sentirme tan sola
habito estas palabras
para no morirme con mi muerte
El mundo que vemos y palpamos es tan simple en comparación con el mundo ulterior, sustentado por ese lugar donde habitan las palabras, que nos forman y que nos hacen construir nuevas realidades físicas, a través de la nostalgia o del deseo que se proyecta y Karina Rieke en su poética ontológica nos hereda un nuevo ser, que no sólo se construye en el recuerdo sino que se reconstruye en el olvido.
En otro olvido te pertenezco
en otro profundo espacio
donde se escucha este murmullo
donde el abatimiento cotidiano
que oculta tu presencia
no es eterno
—————————————————————
Ni en la intimidad de mi lengua
guardo el mirar de nuestra irrealidad
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Proyectada a la quietud
sin el amor
sin mí
Karina Rieke nos lleva al umbral de la transmutación, ya no sólo desde la búsqueda del que se es, en el instante, sino de ese que desde su encuentro abraza la posibilidad de cruzar todos sus puentes y renacer en todos sus mundos topológicos.
Tu ser que no distrae
aquel que es teoría agotada
apuntando al cielo
en la verdad de sólo mis palabras
La voz sensual y cristalina se agita en el poema “En cada mirada”:
Soy la excitación
que inventa mitologías
que se acrecienta en los espejos
y por un momento
crezco en mis orillas
para gozarme
para saborear la calidez
de mis huesos muy adentro
Ontología de la palabra vibra en el cosmos personal, en los lugares más escarbados del alma y por ende donde están los mayores huecos de la existencia humana:
Karina Rieke
Poeta Karina Rieke
No sé cómo llenarte
sino conmigo misma
La poeta se desgarra para alzar el vuelo en las alas de sus versos, busca más allá de la inmutabilidad del ser “la verdad”:
Hoy me buscaré
para manipular la alcurnia de mis ganas
y rebuscar en la selección secreta del recuerdo
esta verdad que guardo aquí entre mi orilla
quieta y vacía
Existe dentro de Ontología de la palabra y su poética un goloso mundo interior, lleno de hermosos paisajes del sentimiento, sensaciones muy íntimas, un hilo de sombras que escriben y describen el cuerpo poético de una mujer que es sol en la palabra:
Gravito en el retrato del murmullo
sin importar que en esta obstinación
repliegan extensas sombras
y nada más
“Desde los rincones” Karina afirma:
Desde los rincones
mi luz promete
montones de alegrías
para tocar tu cielo
para abrazar tu adentro
Todos los poemas ocurren en el espacio de su cuerpo, su casa que es ella misma, habitada por estas palabras que son cambios, por esos silencios que hablan desde todas las estaciones y todos los continentes del alma humana que busca liberarse, como bien nos dice este verso:
Aquí se vive una galería en despensa
donde el torrente es un riachuelo
que desborda sus aguas
para pasar a través
de mis enflaquecidos huesos
La poeta señala “El aquí”, “El Rincón, “Esta Locura”, “Nuestro Dolor”, coloca en su lugar cada uno de sus quejidos, arma un nuevo cuerpo y trasciende la palabra descubriendo el ser que es habitado por ellas y que habita en la palabra acomodándola a su gusto, para volver a formarse.
Hasta mi palabra muere
sin ser leyenda
Que tengo sentimientos extraños
en este cuerpo
en esta lengua que quiso ser poeta
Cómo lamento que esta muerte
no sea sólo tuya
En “Esta locura” la poeta nos permite rozar sus deseos con ONTOLOGIA DE LA PALABRA, cuando dice:
y la palabra ubica mi ser
en sus incertidumbres
Desdigo este lenguaje
para volverme torre de fuerza
entre las llamas
Karina define el filo de su voz en la metapoesía con esta muestra que nos invita a unirnos al cosmos descrito en sus versos, que multiplican y paren nuevo el mundo, desde sus ojos y su luz que es tinta y fibras del misterio y así este verso nos sostiene en la verdad de sus pulsares:
“soy puente inconcluso
dentro de este mundo”

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